La Navidad en las Islas Canarias tiene un sabor diferente, sin lugar a dudas el clima condiciona ese hecho, jamás se vivirá una Blanca Navidad en las Islas, como sonaría el villancico. Pero no sólo el clima condiciona, la geografía también lo que hace que las cosas sea diferentes, hasta tal punto que Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente no llegan a la ciudad a lomos de sus camellos y dromedarios, sino que lo hacen por mar, cabalgando las olas en tres remolcadores.
Sus Majestades llegan con sus Pajes y sus Favoritas para repartir ilusión entre los miles de niños que esperan en el muelle de cruceros del Puerto de La Luz y Las Palmas. Para mí este día es muy singular, pues no ejerzo de Jefe de Protocolo sino como Paje del Rey Gaspar.
Al llegar a puerto miles de niños esperan entusiasmados para entregar las cartas y saludar a los Reyes Magos, la espera es amenizada con actuaciones infantiles, pero desde que a lo lejos ven los chorros de agua de los remolcadores todos gritan en una explosión de júbilo.
El cortejo real tarda casi media hora en llegar desde el punto de desembarco hasta el escenario donde les espera el Alcalde y el Presidente de la Autoridad Portuaria y eso que no hay más de 150 metros.
En el escenario el Alcalde les da la bienvenida a la Ciudad, y en compañía del Presidente de la Autoridad Portuaria les entrega la “Llave Mágica de la Ciudad”, la que abre todas las casas para que puedan dejar por la noche los regalos. La llave es gigantesca y los niños se emocionan cuando la ven. Es un acto pensando para ellos, y doy fe de que disfrutan como enanos, nunca mejor dicho.
Después de recibir la llave se toma una fotografía oficial de SS.MM. con el Alcalde y el Presidente de la Autoridad Portuaria para luego retirarse a descansar y preparar la gran cabalgata de por la tarde, que discurre por casi 6 kilómetros. SS.MM. se retiran en vehículos antiguos saludando a todos los niños que se han acercado hasta el muelle para saludarlos.
Ya por la tarde y después de que SS.MM. hayan descansado y cambiado de ropa, tiene lugar la gran cabalgata. Esta vez sí que se hacen acompañar por camellos y dromedarios y van recogiendo las cartas de todos los niños de la Ciudad que lo largo de todo el recorrido esperan con ansias e ilusión.
Su Majestad el Rey Gaspar es el más querido por los pequeños, pues es famosamente conocido en Las Palmas de Gran Canaria que se come las chupas de los niños, por eso todos los que dejan de usarlas se las entregan a él. Es un Rey muy singular y muy cariñoso con los niños.
Es un día muy especial, ver las caras de asombro de los niños, la risa nerviosa, la ansiedad cuando les llamas por su nombre porque ya lo has convenido con los padres, vale la pena el sacrificio de dejar de ser Jefe Protocolo para convertirse uno por un día en Paje Real de Su Majestad el Rey Gaspar.
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