miércoles, 20 de julio de 2011

El comienzo / La Toma de Posesión / Símbolos

     El 16 de junio de 2007 tuvo lugar la toma de posesión de la Corporación Municipal de las Palmas de Gran Canaria, sesión extraordinaria de la que saldría elegido Alcalde el Excmo. Sr. don Jerónimo Saavedra Acevedo.

     La sesión tuvo lugar en la sala sinfónica del Auditorio Alfredo Kraus, ya que las Casas Consistoriales (sede histórica del Ayuntamiento y de su salón de plenos) estaban en obras por reformas. En total 1.600 invitados divididos en platea, primer y segundo anfiteatro.

     Para mí, el comienzo no vino dado por la gestión de las invitaciones y el reparto de localidades, sino por el acto en sí. Tras doce años de gobiernos conservadores, el PSOE había ganado por mayoría absoluta y eso habría una nueva era, más progresista y abierta.

     De entre los concejales del futuro grupo de gobierno, hubo uno que al explicarle el acto y el momento primordial del juramento o promesa me dejó bien claro: "Como pongas un crucifijo de esos te lo tiro a la cabeza". La amenaza acabó con una risotada pero yo sabía que en el fondo lo pensaba de verdad.

     En ese momento comenzó el debate ¿qué hacer? ¿qué símbolos utilizar? Está claro que España es una Estado laico y aconfesional, eso nadie lo puede negar, pero tampoco se puede negar la profunda tradición católica de España, así que el debate estaba servido.

     Finalmente, y con el beneplácito de la superioridad, o lo que es lo mismo del futuro Alcalde, opté por eliminar el crucifijo. Legalmente y a tenor del Real Decreto 707/1979, de 5 de abril, por el que se establece la fórmula de juramento en cargos y funciones públicas, el único símbolo obligatorio es un ejemplar de la Constitución Española de 1978. Hasta aquí todo bien, legalidad cumplida, pero... ¿cómo contentar a los corporativos de costumbres y convicciones católicas?



     La solución definitiva casi apareció sola, varios días antes de la toma de posesión en una reunión preparatoria en el propio auditorio fuimos desgranando el desarrollo del acto y los elementos que conformarían el mismo: repostero institucional, cuadro de S.M. el Rey, banderas oficiales... y por supuesto sitial donde ubicar la Constitución para proceder al juramento o promesa.

     Realizando una simulación alguien dijo "te lo juro por la biblia", y ahí que vino la luz. Decidimos sustituir el crucifijo por las Sagradas Escrituras, por la BIBLIA. Ya ninguno de los corporativos de fe católica podría decir que juraría en vano por no poder "jurar ante dios ". Las sagradas escrituras nos daban  un triple juego; por una parte no hiere a la vista del no creyente que  suele ser reacio a la presencia del crucifijo; por otra parte contenta a los creyentes pues según la tradición se jura por Dios; por último esta opción nos daba una herramienta de futuro. Si en una futura toma de posesión alguno de los corporativos profesase el islamismo se podría incluir también un ejemplar de el CORÁN, si fuese hindú el VEDA.

     Esa fue la primera toma de posesion que tuve que organizar en 4 años, y desde entonces sustituí siempre el  crucifijo por las sagradas escrituras.



    En un sitial creado con unos cubos de diferentes alturas y decorados con un original arreglo floral, se dispuso la Constitución Española de 1978, abierta, en esea ocasión y siempre, por el artículo 14. El objeto es que los que toman posesión tengan claro que a pesar de su cargo, serán iguales al resto de los españoles. Pura simbología.

     En las sagradas escrituras intenté encontrar alguna simbología, y la hallé en los Libros de Samuel, pues fue éste quien ungió como Rey a Saúl y a David, el ungimiento fue "la toma de posesión" de dichos reyes,  y en este acto tomarán posesión como representantes del pueblo.

     Cruzado sobre la constitución y la biblia se encontraba el bastón de mando, el máximo símbolo de poder municipal. Una vez el nuevo Alcalde juró su cargo, el bastón le fue entregado por la Alcaldesa saliente.

     Este fue mi primer acto como Jefe de Protocolo del Excmo. Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y para mi fue clarificador con respecto a la discusión sobre la convivencia entre el laicismo estatal y la tradición católica. 

      A todos los compañeros que me han preguntado a este respecto les he expuesto mi solución, pero seguramente otras serán las soluciones dadas por otros colegas del mundo del protocolo. Espero que esta experiencia le valga a mis compañeros y que con sus comentarios podamos perfeccionar la solución.

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