domingo, 31 de julio de 2011

Colocación de primeras piedras

     Existe un tópico muy  tópico sobre los políticos, y es que no terminan de salir de una inauguración para meterse en otra. Quizás esto sea debido a que las inauguraciones suelen ser actos muy vistosos y que a veces tienen mucha expectación, lo que atrae a mucha prensa.
      Pero antes de llegar a la inauguración, hay que construir, hay que edificar… y por lo general todas esas obras comienzan con la puesta de la primera piedra, una ceremonia singular que suele ser muy vistosa.
        Esta ceremonia está bastante estandarizada, y salvo singularidades concretas es común en toda España. En primer lugar los discursos de los autoridades asistentes y promotores, en segundo lugar se rellena la caja que hace de primera piedra, luego el encofrado o enterramiento de la caja, y por último la foto de familia.
        La caja, por lo general, suele ser de metacrilato transparente, pero nada hay escrito al respecto, yo las he visto metálicas, de plástico, de bronce e incluso de madera. Hay que entender que el objetivo de una primera piedra, es servir de cápsula del tiempo en un futuro muy remoto, sobreviviendo a la propia vida de la obra, y así convertirse en testigo de la historia, por eso lo ideal es que la caja sea de un material que asegure la conservación de su contenido durante el mayor tiempo posible. Para que la caja cumpla ese objetivo de ser testigo de la historia, en su interior se guarda una copia del proyecto de la obra, un ejemplar el periódico local de mayor tirada y un ejemplar del periódico nacional de mayor tirada, aunque sobre esto tampoco hay nada escrito y cada cual actúa a los dictados de su señorito. Yo particularmente siempre guardo un ejemplar de cada uno de los dos periódicos locales y un ejemplar de El País como diario de mayor tirada en España.
     El contenido de la caja se completa con una pieza de cada una de las monedas de curso legal, lo que hace un total de 3,88 euros: moneda de 2 euros, 1 euro, 50 céntimos, 20 céntimos, 10 céntimos, 5 céntimos, 2 céntimos y 1 céntimo. Después de 4 años, y tras unas cuantas primeras piedras, ya he perdido la cuenta del dinero que habré dado, porque claro alguien tiene que ponerlo y al final termina poniéndolo el Jefe de Protocolo.
       Recuerdo tres colocaciones de primeras piedras, por lo singular de las obras. La primera de ellas fue la primera piedra del Mercado del Agricultor, un especio donde todos los agricultores del municipio podrían vender sus productos sin ningún tipo de intermediarios. Fue de esas obras que luego te devuelve la satisfacción de poder inaugurarla, debido a la duración de las obras hay veces que uno coloca la primera piedra y otro la inaugura.
       Tras las declaraciones de la concejala de Agricultura y Ganadería, y las declaraciones de la concejala de Distrito y IIIª Teniente de Alcalde, el Alcalde anunció la colocación de la primera piedra previa introducción de los elementos que conformaban la urna que en este caso era transparente con un pegatina alusiva a la obra. Debido a lo hondo del agujero en donde se ubicaría la piedra, fue un operario quien la colocó en su sitio, para luego proceder a su enterramiento. Comenzó el Alcalde pero participaron todos los asistentes que quisieron.

     Otra piedra que recuerdo con especial emotividad fue la colocación de la primera piedra de la piscina de la Asociación CIVITAS, una asociación de atención a personas con problemas de discapacidad mental que llevaba años luchando por esa piscina. Por diversos motivos el proyecto no fructificaba y gracias a la mediación y actuación del Alcalde el proyecto vio la luz, por eso invitaron al Alcalde para que fuera él quien colocase la primera piedra.
      Fue un acto muy emotivo por lo que implicaba y por el emocionado y agradecido público.

     La puesta de primera piedra más singular a la que he asistido fue en el Real Club Náutico de Gran Canaria. Para ser exactos no fue una primera piedra, sino la última, esto es lo que la hace singular. La obra que se inauguraba era la ampliación de la marina del club. Para aquellas personas que no estén duchas en la terminología portuaria, sepan que la marina es el muelle deportivo del club y la dársena de servicios.
     Era imposible realizar una colocación ordinaria de primera piedra, toda vez que la obra comenzaba con rellenos en el mar para ganar superficie. La primera piedra habría tenido que haber sido arrojada al mar.
     En un colorido acto, se realizó la colocación de la última piedra, con la que además se daba por inaugurada la nueva marina del Real Club Náutico de Gran Canaria. El acto estuvo presidido por el Presidente del Gobierno de Canarias, y asistieron la Alcaldesa en funciones de Las Palmas de Gran Canaria y el Presidente del Cabildo de Gran Canaria, donde el Presidente del club náutico ejerció de gran anfitrión magnífico maestro de ceremonias de un acto donde los ganadores olímpicos y de los mundiales más recientes se encargaron de izar las banderas. La inauguración acabó con una divertida verbena marinera.
     Una singular forma de inaugurar una obra, colocando la última piedra en lugar de la primera, con el mismo contenido pero en último lugar. ¿Casualidad? ¿Oportunidad? Da igual lo que fuera lo importante es que nadie se olvidará de la colocación de esta piedra.

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